El 29 de agosto de 2018 a las 4:00 pm, aterricé junto a mi proyecto Sabe A Vino a la ciudad de San Francisco, California. Esto como parte de la segunda fase del plan trazado para el 2018, Napa Valley. Luego de cinco días en la ciudad, se da el tan esperado encuentro. En un día feriado, “Labor Day”, pudimos pisar por primera vez la prestigiosa región vitícola de Napa. No pudo ser un mejor día, pues ese encuentro marca la continuación de una ruta de muchos meses de trabajo, planificación y ahorros.
Antes, deseo explicarles lo siguiente. El destino inicial no era Napa Valley, era España. Pues la idea era realizar un viaje donde se pudiera aprovechar la visita a otros países europeos y sus respectivas regiones vitícolas. Asuntos de visado y su obtención, hicieron prácticamente el destino inviable. Esto conllevó redirigir la brújula hacia Estados Unidos, eligiendo el principal productor de vinos, California. Gracias a la ayuda de un gran amigo que vive en San Francisco, hizo que todo esto fuera posible. Los planes son ambiciosos, viajar California y sus respectivas ciudades son parte, pero también visitar Willamete Valley en Oregon. En esta región se destaca la uva Pinot Noir, casi al mismo nivel de Borgoña, Francia. La uva Pinot Noir fue quien me enamoró en el mundo del vino, hoy por hoy la uva Garnacha producida al Sur del Valle del Ródano en Francia y el Priorato en España reclaman mi atención y mi amor hacia ellas.
Bien, regresemos al tema inicial. Nos encontrábamos conduciendo hacia Napa, con destino a disfrutar de la reservación del recorrido en Castello Di Amorosa. Cuando de repente veo a mi mano izquierda el famoso letrero de bienvenida que dice: “Welcome to this famous wine growing region NAPA VALLEY”. En ese mismo instante grité; ¡detente! Al instante sentí que un sueño se había hecho realidad. Me vino a la mente las fotografías históricas de Robert Mondavi parado junto al letrero y al instante una emoción digna de nervios. ¡Fue mágico! Al momento pensé muchas cosas y sentía otras tantas más. Sentí nostalgia, adrenalina, deseo de anunciarlo, alegría, felicidad y ganas de gritar. No me hubiese imaginado que hace dos años atrás iba a estar dando estos pasos, viajando a importantes regiones vitícolas y aprendiendo aún más. Fue el 9 de diciembre de 2017 que lancé mi proyecto para emprender Sabe A Vino, dos meses después de aquel devastador huracán María. Así que en fin, me sentí como el actor Will Smith en la película “The Pursuit of Happiness cuando al final, él baja las escaleras y siente ese gran e intenso, pero fugaz momento de felicidad.
La segunda parte de esta travesía fue visitar el primer viñedo y bodega, Castello Di Amorossa. Una obra arquitectónica sin igual. Para su construcción se emplearon los mismos métodos y materiales de hace 700 a 800 años atrás. Este lugar está inspirado en los castillos del siglo XIII de la región de la Toscana en Italia. Luego de décadas de estudios, en el 1993 comienza su construcción maratónica, abriendo sus puertas en el 2017. El mismo comprende de 136,000 pies cuadrados, 107 cuartos, cinco torres de defensa, ocho pisos, cuatro de ellos subterráneos, 900 pies de túneles, y un cuarto que recrea los métodos de tortura de la época. Todo fue realizado por artesanos italianos y los materiales fueron traídos de Europa. Cuenta con 30 acres de plantación de uvas recogidas a mano como: Sangiovese, Merlot y Cabernet Sauvignon (vinos tintos). También produce estilos italianos de vinos blancos como: Pinot Grigio y Pinot Bianco. Su producción es de lotes pequeños con una calidad superior, vendiendo sus vinos directo a los visitantes o restaurantes.
Esto ha sido una experiencia que marcará mi vida de una forma extraordinaria. Que mucho te debo Puerto Rico, hoy Sabe A Vino.
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